Hace 26 años llegó la señora Elizabeth de Serrano a Caracas desde Ocumare del Tuy (Miranda) con el propósito de mejorar su calidad de vida y descansar de los largos viajes que debía hacer a diario para llegar a la capital con el objeto de trabajar.
Antes de mudarse de forma definitiva a Caracas, debía realizar un recorrido de unos 140 kilómetros desde los Valles del Tuy hasta Caracas, lo que implicaba levantarse a las 3:00 o 3:30 de la madrugada, lo que le producía un cansancio incesante al culminar su jornada laboral. Por esa razón, decidió residenciarse en un barrio caraqueño.
Elizabeth pensaba que con esa decisión el despertador dejaría de sonar de madrugada. "Me equivoqué. Resulta que cuando comencé a vivir aquí el problema del agua era horrible", cuenta. "Tenía que poner el despertador más temprano que nunca", porque de lo contrario no aseguraría un buen puesto en las largas colas que debía hacer para llenar un balde con el vital líquido.
'El Chorrito' era el famoso lugar al que llegaba el agua, estaba ubicado en uno de los callejones del barrio 1 de Noviembre, en la parroquia Petare. Allí el agua llegaba en las madrugadas tres veces a la semana.
"Si llegaba a las cinco (de la mañana) a hacer la cola para agarrar agua, ese día tenía que llamar a la señora a la que le planchaba para avisar que no podía ir a trabajar, porque las colas eran tan larga que uno pasaba horas en las filas", relata.
"Imagínate tenía que madrugar como siempre pero con el agregado de que tenía que hacerlo para pelear por el agua y luego subir los pesados tobos por las escaleras".
Otros días, recuerda, sobre todo los sábados o domingos, llegaban unos camiones cisternas. "La gente se volvía como loca. Es que cuando uno veía esos camiones era como ver a Dios. Fueron días muy duros, porque hasta a los niñitos los veías con el papá o la mamá cargando agua".
Esa situación se replicaba en todo el país durante la cuarta República, pero sobretodo en Caracas y lugares adyacentes a la capital venezolana.
Protestas constantes, casi a diario, se registraban porque la gente, especialmente las amas de casa, pedían mejoras en el servicio de agua potable. La mayoría de los manifestantes bajaban de los cerros, pues eran una de las poblaciones más desatendidas por los gobiernos de turno.
De acuerdo con el gerente de Gestión Comunitaria de la Operadora de Acueductos del Distrito Capital y los estados Vargas y Miranda (Hidrocapital), Víctor Díaz, las deficiencias en el servicio de agua potable, así como de otros servicios, eran el resultado de la desasistencia de los gobiernos de entonces y de las desigualdades reinante en ese momento.
"La concentración de riquezas en pocos venezolanos, esa distribución injusta de los ingresos, se evidenciaba en el servicio de agua potable: los pobres eran los más desasistidos y con la peor calidad de vida, mientras que pocas familias gozaban de los planes de Gobierno en aquellos años".
Para el año 1998 la cobertura de agua potable llegaba sólo al 54% de los venezolanos de las zonas rurales y a 81% de las zonas urbanas.
Ante esa circunstancia sectores de la población, que históricamente fueron excluidos de éste y otros servicios, en 1999 iniciaron un proceso de organización para resolver los problemas relacionados con el servicio de agua potable y saneamiento, y de esta iniciativa surgieron las llamadas Mesas Técnicas de Agua, a mediados de 1999.
Una Mesa Técnica de Agua, una solución
Hoy existen en todo el país unas 8.500 Mesas Técnicas de Agua, de las cuales 310 están conformadas en Caracas. Cada una conformada por 5 o 10 personas y esa organización se encamina hacia la búsqueda de soluciones palpables y reales a los problemas de las comunidades, lo que a su vez garantiza una mejor calidad de vida.
El gerente de Gestión Comunitaria de Hidrocapital mencionó que las Mesas Técnicas de Agua surgieron a partir de una idea de Aristóbulo Istúriz, quien cumpliendo funciones como alcalde del municipio Libertador puso en práctica un proyecto dirigido a mejorar los servicios públicos con la participación de las comunidades.
A través de esa organización y la construcción de numerosas obras hidráulicas en diferentes partes del país, se logró elevar la cobertura de este servicio: más de 80% de la población de las zonas rurales cuentas con el servicio de agua potable y en las zonas urbanas llega a 97%.
Una meta cumplida
Al año de la creación de las Mesas Técnicas del Agua las protestas cesaron casi en su totalidad, destacó Díaz.
Además, esta iniciativa y la puesta en funcionamiento de diversos proyectos permitió que Venezuela alcanzara, con 10 años de antelación, las metas del milenio establecidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en cuanto al acceso al agua potable.
Esta meta, así como otros siete objetivos, fueron acordados durante la Cumbre del Milenio, celebrada en 2000, por las 189 naciones que conforman la ONU, y las mismas tenían un lapso de cumplimiento de 15 años: antes del año 2015.
Los otros objetivos fijados son la erradicación de la pobreza extrema; la promoción de la equidad de género y de autonomía de la Mujer; la universalización de la educación básica; reducción de la mortalidad infantil y materna; combate del VIH/Sida, malaria y otras enfermedades endémicas; asegurar la sostenibilidad ambiental y la promoción de la asociación mundial para el desarrollo.
"La desigualdad en la distribución del ingreso quedó atrás, quedó en el olvido, quedó en el pasado, gracias a la voluntad del Gobierno nacional y la participación activa de los ciudadanos, que se hicieron dueños de su propio destino", dijo el gerente de Gestión Comunitaria de Hidrocapital.
Sin duda, las Mesas Técnicas de Agua han permitido mejoras en el servicio, dentro de una visión de inclusión protagónica de millones de personas, cuyas necesidades habían sido ignoradas y que ahora participan de manera activa.
"Con la revolución las exclusiones y las protestas llegaron a su fin. Además mi calidad de vida y las de mis vecinos mejoró", dice hoy la señora Elizabeth de Serrano.
Fuente: http://www.minci.gob.ve/2013/03/con-la-revolucion-se-dijo-adios-a-las-protestas-por-servicio-de-agua-potable/
Antes de mudarse de forma definitiva a Caracas, debía realizar un recorrido de unos 140 kilómetros desde los Valles del Tuy hasta Caracas, lo que implicaba levantarse a las 3:00 o 3:30 de la madrugada, lo que le producía un cansancio incesante al culminar su jornada laboral. Por esa razón, decidió residenciarse en un barrio caraqueño.
Elizabeth pensaba que con esa decisión el despertador dejaría de sonar de madrugada. "Me equivoqué. Resulta que cuando comencé a vivir aquí el problema del agua era horrible", cuenta. "Tenía que poner el despertador más temprano que nunca", porque de lo contrario no aseguraría un buen puesto en las largas colas que debía hacer para llenar un balde con el vital líquido.
'El Chorrito' era el famoso lugar al que llegaba el agua, estaba ubicado en uno de los callejones del barrio 1 de Noviembre, en la parroquia Petare. Allí el agua llegaba en las madrugadas tres veces a la semana.
"Si llegaba a las cinco (de la mañana) a hacer la cola para agarrar agua, ese día tenía que llamar a la señora a la que le planchaba para avisar que no podía ir a trabajar, porque las colas eran tan larga que uno pasaba horas en las filas", relata.
"Imagínate tenía que madrugar como siempre pero con el agregado de que tenía que hacerlo para pelear por el agua y luego subir los pesados tobos por las escaleras".
Otros días, recuerda, sobre todo los sábados o domingos, llegaban unos camiones cisternas. "La gente se volvía como loca. Es que cuando uno veía esos camiones era como ver a Dios. Fueron días muy duros, porque hasta a los niñitos los veías con el papá o la mamá cargando agua".
Esa situación se replicaba en todo el país durante la cuarta República, pero sobretodo en Caracas y lugares adyacentes a la capital venezolana.
Protestas constantes, casi a diario, se registraban porque la gente, especialmente las amas de casa, pedían mejoras en el servicio de agua potable. La mayoría de los manifestantes bajaban de los cerros, pues eran una de las poblaciones más desatendidas por los gobiernos de turno.
De acuerdo con el gerente de Gestión Comunitaria de la Operadora de Acueductos del Distrito Capital y los estados Vargas y Miranda (Hidrocapital), Víctor Díaz, las deficiencias en el servicio de agua potable, así como de otros servicios, eran el resultado de la desasistencia de los gobiernos de entonces y de las desigualdades reinante en ese momento.
"La concentración de riquezas en pocos venezolanos, esa distribución injusta de los ingresos, se evidenciaba en el servicio de agua potable: los pobres eran los más desasistidos y con la peor calidad de vida, mientras que pocas familias gozaban de los planes de Gobierno en aquellos años".
Para el año 1998 la cobertura de agua potable llegaba sólo al 54% de los venezolanos de las zonas rurales y a 81% de las zonas urbanas.
Ante esa circunstancia sectores de la población, que históricamente fueron excluidos de éste y otros servicios, en 1999 iniciaron un proceso de organización para resolver los problemas relacionados con el servicio de agua potable y saneamiento, y de esta iniciativa surgieron las llamadas Mesas Técnicas de Agua, a mediados de 1999.
Una Mesa Técnica de Agua, una solución
Hoy existen en todo el país unas 8.500 Mesas Técnicas de Agua, de las cuales 310 están conformadas en Caracas. Cada una conformada por 5 o 10 personas y esa organización se encamina hacia la búsqueda de soluciones palpables y reales a los problemas de las comunidades, lo que a su vez garantiza una mejor calidad de vida.
El gerente de Gestión Comunitaria de Hidrocapital mencionó que las Mesas Técnicas de Agua surgieron a partir de una idea de Aristóbulo Istúriz, quien cumpliendo funciones como alcalde del municipio Libertador puso en práctica un proyecto dirigido a mejorar los servicios públicos con la participación de las comunidades.
A través de esa organización y la construcción de numerosas obras hidráulicas en diferentes partes del país, se logró elevar la cobertura de este servicio: más de 80% de la población de las zonas rurales cuentas con el servicio de agua potable y en las zonas urbanas llega a 97%.
Una meta cumplida
Al año de la creación de las Mesas Técnicas del Agua las protestas cesaron casi en su totalidad, destacó Díaz.
Además, esta iniciativa y la puesta en funcionamiento de diversos proyectos permitió que Venezuela alcanzara, con 10 años de antelación, las metas del milenio establecidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en cuanto al acceso al agua potable.
Esta meta, así como otros siete objetivos, fueron acordados durante la Cumbre del Milenio, celebrada en 2000, por las 189 naciones que conforman la ONU, y las mismas tenían un lapso de cumplimiento de 15 años: antes del año 2015.
Los otros objetivos fijados son la erradicación de la pobreza extrema; la promoción de la equidad de género y de autonomía de la Mujer; la universalización de la educación básica; reducción de la mortalidad infantil y materna; combate del VIH/Sida, malaria y otras enfermedades endémicas; asegurar la sostenibilidad ambiental y la promoción de la asociación mundial para el desarrollo.
"La desigualdad en la distribución del ingreso quedó atrás, quedó en el olvido, quedó en el pasado, gracias a la voluntad del Gobierno nacional y la participación activa de los ciudadanos, que se hicieron dueños de su propio destino", dijo el gerente de Gestión Comunitaria de Hidrocapital.
Sin duda, las Mesas Técnicas de Agua han permitido mejoras en el servicio, dentro de una visión de inclusión protagónica de millones de personas, cuyas necesidades habían sido ignoradas y que ahora participan de manera activa.
"Con la revolución las exclusiones y las protestas llegaron a su fin. Además mi calidad de vida y las de mis vecinos mejoró", dice hoy la señora Elizabeth de Serrano.
Fuente: http://www.minci.gob.ve/2013/03/con-la-revolucion-se-dijo-adios-a-las-protestas-por-servicio-de-agua-potable/
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